La producción nacional de leche acumuló entre enero y octubre un aumento del 10,7% respecto al mismo período del año pasado y proyecta cerrar 2025 con un salto cercano al 11%, según datos del Observatorio de la Cadena Láctea (OCLA). Sin embargo, ese crecimiento está en menos manos: el país perdió 1.122 tambos desde diciembre de 2023 y el ritmo actual es de 50 cierres por mes.
A octubre de 2025 quedaban 8.941 tambos en todo el territorio, un 12,5% menos que los 10.063 registrados a fines de 2023. En la última década la caída supera el 30% y la cifra actual está muy lejos de los 15.000 tambos que había al salir de la crisis de 2001.
Concentración en las principales cuencas
El 91% de los tambos y el 95,7% de las vacas en producción se concentran en Santa Fe, Córdoba, Buenos Aires y Entre Ríos. Solo en la provincia de Buenos Aires, que representa el 20% del total nacional, ya desaparecieron 61 establecimientos en lo que va del año y quedan 1.805.
La cuenca Mar y Sierras (Tandil, Balcarce, Azul, Necochea) lidera el ranking nacional con un promedio de 7.497 litros diarios por tambo, duplicando el promedio país de 3.690 litros. Le siguen Oeste (5.294 litros), Abasto Sur (4.510 litros) y Abasto Norte (4.426 litros).
Los más chicos son los que más cierran
Más del 40% de los tambos actuales tienen entre 100 y 250 vacas, mientras que el segmento de menos de 50 animales —el más vulnerable— se redujo notablemente en los últimos años.
El fenómeno de concentración no es exclusivo de Argentina: según la FAO, en 19 de los 25 principales países productores también disminuyó la cantidad de establecimientos.
Quiebras que golpean fuerte en Buenos Aires
En las últimas semanas se profundizó la crisis con dos fallos judiciales resonantes en territorio bonaerense:
• La Justicia decretó la quiebra de Conosur SA (grupo Maralac), que operaba la histórica láctea La Suipachense en Suipacha y dejaba en la calle a 140 familias.
• Días antes se ordenó la liquidación definitiva de Alimentos Refrigerados SA (ARSA), la ex proveedora de postres y yogures de SanCor, con planta en Lincoln y 180 empleados.
El contraste es claro: mientras la leche fluye en cantidades récord, cada vez menos productores logran mantenerse en pie.

