17/4/2025 | 10:27         
TURISMO
Parque Pre-Delta, la magia del ecosistema
A pocos kilómetros de la ciudad entrerriana de Diamante, es una gran opción para respirar naturaleza y hacer caminatas relajantes.
Parque Pre-Delta, la magia del ecosistema

El Parque Nacional Pre-Delta, a 5 km de Diamante, es una de las mejores alternativas para disfrutar de la magia del río Paraná, en la provincia de Entre Ríos. Sus bosques de sauces, selvas en galería y lagunas interiores son ideales para ver aves, fauna en general y desconectar de la rutina.

Creado en 1992 con el fin de preservar una muestra representativa del Delta Superior del río Paraná, al parque se accede por un camino vecinal de asfalto de unos 4 kilómetros hasta el Paraje La Jaula.

Dos grandes senderos peatonales autoguiados permiten recorrer y conocer la gran biodiversidad que alberga, en un paisaje de islas, arroyos, bosques, lagunas y riachos.

Unas 28 especies de reptiles, 185 especies de peces, y más de 200 tipos de aves, entre otros animales, conviven en las 2.750 hectáreas de área protegida, con más ambientes acuáticos e isleños que terrestres.

Todos los días, la naturaleza abre sus puertas para disfrutar desde los miradores “Laguna Las Piedras” y “Laguna Irupé” y a través de excursiones náuticas, aunque la bajante histórica del río Paraná modificó la fotografía y la llenó de zonas y lagunas secas.

Carpinchos, lobitos de río, yacarés, coipos y nutrias, víboras, lagartos, lagartijas, tortugas, tortugas de agua, yararás, comadrejas, gatos monteses patos, garzas, cigüeñas, gallaretas y otros animales acostumbrados a vivir en el agua comparten el ambiente. De ellos, el Parque protege al lobito de río, la chanchita y al yacaré overo, ya que se trata de especies en peligro de extinción.

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La fauna en el Parque Pre Delta.

Durante la recorrida, se pueden avistar y conocer a múltiples especies de aves como el celestino, el brasita de fuego, el frutero imperial, palomas picazuros, y el gran Martín Pescador, entre otros. Por debajo de las aguas acompañan al visitante cardúmenes de sábalos, dorados, surubíes y mojarras.

El sendero De las Lagunas presenta unos 1.000 metros de recorrido, entre agua, bosques y albardones llenos de aliso de rio que llaman a conectar con la naturaleza. La Laguna Irupé, por ejemplo, recibe agua de crecientes, lluvias y aguas subterráneas, pero con la particularidad de que también tiene agua de las vertientes de la zona alta.

Con tranquilidad y poca profundidad, permite que distintas plantas crezcan sobre sí fijando sus raíces en el lecho, como la totora y el irupé -que le da su nombre-, y flores que salen en verano, abren de noche y cambian de color a lo largo del día. (DIB)