El comisario Carlos Fabián Bruno es el nuevo Director de la Escuela Descentralizada de Policía "Juan Vucetich" de Rafael Obligado. Pergaminense, hace varios años que se desempeña en el área de formación de la Policía, y llegó a la entidad en momentos de su creación, cuando la dirección estaba en manos del comisario Alberto Di Prinzio, luego fallecido en un accidente vial.
Estuvo a cargo de la escuela luego del fallecimiento de Di Prinzio y hasta el nombramiento del comisario Fabián Aguirre, y el año pasado, con el auge de las policías locales, fue convocado por el Intendente de Pergamino para hacerse cargo de la Escuela de Formación. Más tarde, con el cierre de esas academias volvió a Rafael Obligado, y ocupa la dirección tras el retiro del comisario Aguirre.
Consultado sobre los cambios institucionales que se están realizando sobre las áreas de formación policial, explicó Bruno que "no ha tenido grandes cambios, aunque sí los hubo en los programas de formación, las materias. Esta escuela no va a tener el segundo ciclo, sino que esa etapa se va a dar en la escuela madre, la "Juan Vucetich" en la cual hemos estudiado la mayoría de los policías viejos. Están las escuelas satélites como ésta, que son anexos de la Vucetich, donde se hará el primer ciclo formativo, lo que se llama ahora el escalafón general. Los que accedan por cuestiones de promedio y capacidad, lo van a hacer de ahora en más en la Vucetich de La Plata. Es uno de los cambios importantes que ha hecho esta gestión".
"Hoy todas las materias van a examen final. Las promociones han sido eliminadas, ṕor lo que los cadetes tendrán que rendir el examen tanto en las materias de contenidos actitudinales como las teóricas.
Así como hay exámenes en materias como defensa personal, o educación física, los habrá en las teóricas como derecho penal, cibercrimen, computación o lo que fuere. Y lo otro importante es que todas las escuelas, tanto la central como las descentralizadas, funcionan con los cadetes internados en las escuelas. Hemos tenido que adaptar nuestras instalaciones, pero dentro de las limitaciones tenemos un gran apoyo de las autoridades de Rojas, y algunos otros municipios también colaboran con algunas cosas para el mantenimiento de la escuela", añadió.
-El cambio de escuela abierta a internado se ha notado sobre todo en la comunidad, donde un gran número de cadetes ya no está, no consume, no alquila... ¿Hay alguna repercusión sobre esta situación, en la escuela?
-Esas cuestiones no repercuten en la escuela, pero uno las conoce porque hace años que anda por acá, saluda a los vecinos, charla con ellos... Lo que pasa es que la condición de internado fue condición "sine qua non" para que la escuela pudiera seguir funcionando. De otra manera, la escuela no se abría.
-¿Estos cambios ya concretados podrían significar que la escuela llegó para quedarse?
-La idea es que sí. Aunque como queda claro, todo esto obedece a cuestiones políticas a las que uno no tiene acceso. Son convenios que existen entre los distintos municipios y el Ministerio de Seguridad; por ende, mientras el Municipio quiera que la escuela esté aquí, la escuela estará.
-¿Qué cambios fue necesario hacer en lo edilicio?
-Nos hemos adecuado al espacio físico que tenemos. El año pasado hubo cerca de 400 cadetes, pero este año tenemos 161, siempre con una relación 60-40 entre mujeres y hombres. Permanentemente hay gente trabajando en temas eléctricos, tenemos problemas con techos que se llueven, estructuras viejas, edificios "enfermos" como se dice hoy, que cuesta mucho mantener. Pero lo estamos haciendo.
-¿Existe capacitación para el cuerpo de profesores?
-Sí, por supuesto. Algunos cursos son dispuestos por la Secretaría de Formación y Capacitación de la Dirección Provincial de Institutos, pero también nosotros hemos implementado los días miércoles una capacitación con todo el cuerpo de cadetes, los instructores y el personal de las oficinas, en todo lo que hace a conducción y mando, ceremonial... refrescando conocimientos de los formadores para poder transmitir, hablar todos el mismo idioma. En concreto, para darle identidad al instructor de policía. Eso es interno, sin órdenes de arriba; pero hay otros dispuestos por el Ministerio y a esos van los profesores. Yo tengo que ir el mes que viene, han ido los de defensa personal la semana pasada, y hará unos quince días estuvieron los de operaciones tácticas. Van surgiendo permanentemente, porque la idea del comisario Jorge Figini, que es nuestro jefe directo en toda la provincia, es implementar todos esos cursos de capacitación para incentivar a los formadores a perfeccionarse en las distintas áreas. Esto tiene un montón de conceptos, pŕacticas actitudinales, pero se aprende a hacer algo, haciéndolo. Tiro se aprende tirando, y así... Todo apunta a evitar las lesiones del personal en actos de servicio, que en general ocurren porque no se han preservado las medidas de seguridad. El policía falló por algo que se le había explicado en su momento. Estamos ahondando en eso, en la parte física que es una de las directivas que tenemos, lo mismo que en defensa personal.
Hoy, un policía no tiene armas alternativas, no hay algo entre defenderse a mano o con el arma de fuego. Entonces, hay que implementar todo para que el personal pueda llevar adelante todo un procedimiento empleando la legítima defensa y la fuerza mínima indispensable. Muchas veces no existe el elemento, y entonces ahondamos en defensa personal y todas esas cuestiones tanto físicas como técnicas para el trabajo diario.
-Ultimamente se está hablando mucho sobre el "perfil" del policía. Por ejemplo, sobre la "policía de proximidad"...
-Eso ha sido toda la vida. El policía de proximidad es el que habla con el vecino. Se habló mucho también sobre policías locales... pero soy un convencido de que la cuestión pasa por los formadores que capacitaron a los cadetes. El policía de proximidad es algo que existió siempre porque el dato se obtiene charlando con el vecino. La señora que barre la vereda, el dueño de la verdulería que saca los cajones, son la gente que cuentan que escucharon ruidos o qué pasó por la noche. La información se levanta de ese lugar, siempre fue así. Y la policía de proximidad le da al vecino una sensación de seguridad, para eso sirve. En nuestras ciudades no tenemos problemas con eso, porque todo el mundo conoce a los policías, los saluda, sabe quiénes son. Hay problemas, por ejemplo, en el Gran Buenos Aires, donde cada uno vive en su mundo. Acá los formamos para que no se oculten del vecino sino todo lo contrario: que hablen con el vecino, aunque sea de deporte, de la vida, de lo que sea; así surgen los datos que el vecino le va a dar a la policía para mejorar los sistemas de prevención.
-¿Ha sido reequipada la escuela?
-Hemos recibido vehículos, algunas motos y una camioneta que llegaron durante la gestión del comisario Aguirre para un curso determinado. No sé si todo eso quedará en la escuela, probablemente no, porque más que nada las motos están ociosas. Estaría bueno que quedara la camioneta, porque necesitamos un vehículo. Por ejemplo, porque en oportunidades hemos tenido que distraer la ambulancia del pueblo para llevar a Rojas a un cadete con un problema menor, y en caso de que ocurra una emergencia no hay ambulancia. Hay que tener en cuenta que la Escuela llegó a tener una población similar a la de la localidad. Nos prometieron un vehículo, no sé si nos van a dejar éste pero espero que nos dejen alguno porque realmente lo necesitamos.
-¿Cuáles son las expectativas sobre el futuro de la escuela?
-La expectativa principal es formar hombres de bien. Tenemos el problema de que los chicos llegan de la escuela secundaria y hay que insertarlos en un sistema con verticalidad, con respeto. Cuando yo iba a la secundaria, la profesora era la señora González; hoy es "Marita". Entonces, los chicos vienen con esas costumbres y hacen lo mismo con los profesores, con el personal policial, por lo cual resulta difícil insertarlos en una estructura vertical donde hay una cadena de mandos, respeto hacia el superior, hacia la función pública... hay que enseñarles un montón de cosas, de funciones, porque eso es lo que recibimos de las escuelas, problemas de escritura, de faltas de ortografía. Mi hermana es docente en la facultad de Derecho y me cuenta que ocurre lo mismo, inclusive con abogados de profesión; pero es la herencia que recibimos de la educación actual, como en todos lados. No obstante, las expectativas son buenas: sacar a un hombre de bien, formado en la función policial. En otras experiencias anteriores he tenido muy buenos resultados, por ejemplo con la formación de la Policía Local de Pergamino. Todos fueron a Pinamar, trabajaron en el operativo Sol. y oficiales jefes me llamaron para felicitarme por la formación recibida por esos efectivos. Ellos mismos fueron felicitados, se sacaron fotos con el ministro Ritondo, y algunos hicieron procedimientos importantes, llegando inclusive a las tapas de los medios nacionales. Estoy con las mismas expectativas de logro en este lugar.
-La falta de trabajo que existe en la sociedad hace que muchas personas se inclinen a ingresar a la Policía buscando una salida laboral, y no por vocación ni para realización personal. ¿Esto es un inconveniente?
-La vocación es algo abstracto, y es lo que cuesta formar. Nace cuando uno está dentro de la carrera. Yo entré en la Policía, como podría haber entrado en el Ejército o en la Gendarmería. Me gustaba la carrera de armas, pero llegué ahí porque me llevó un amigo, y a la vocación la fui haciendo luego, en la carrera. Algo se trae de familia, por lo que se ve, pero es función de los formadores sacar a flote la vocación. Nadie entiende la vocación antes de ingresar, porque los chicos no saben lo que quieren, no pasa sólo en policía, sino en todas partes. Pero si me pregunta si lo toman como salida laboral, evidentemente sí. Eso es lo que hace que el porcentaje de mujeres sea bastante mayor al de varones. Convengamos en que en estas localidades, una mujer que no es profesional tiene bastante acotadas las posibilidades de trabajo, en zonas agrícolo-ganaderas, con muy pocas fábricas, poco trabajo. Es tentador, entonces, entrar en la policía, porque por lo menos garantiza un sueldo aunque nadie se hace rico.
-¿Algún mensaje para la comunidad?
-Volver a agradecer a la comunidad de Rafael Obligado, al Municipio de Rojas, e invitar a todos los que quieran venir, a que lo hagan porque es una escuela de puertas abiertas. Los chicos que están por terminar el secundario, por ejemplo, pueden venir a conocer la escuela, ver cuáles son los actividades. Estamos dispuestos a recibirlos y a responder a todas las inquietudes que tengan.