26/9/2015 | 21:28         
REGION-PROVINCIA
Panorama Político Bonaerense:continuidades y rupturas entre la campaña bonaerense y el escenario electoral nacional
(Por Andrés Lavaselli).- A un mes de las cruciales elecciones de octubre, en las que se definirá el nuevo gobernador, la campaña en la provincia se encuentra reducida a una suerte de mínima expresión, con la estrategia de los principales candidatos completamente subordinada a los movimientos de sus referentes nacionales, de cuya suerte parece depender hoy más que nunca el futuro del poder político en el principal distrito del país.
Panorama Político Bonaerense:continuidades y rupturas entre la campaña bonaerense y  el escenario electoral nacional

LA PLATA (Por Andrés Lavaselli).- A un mes de las cruciales elecciones de octubre, en las que se definirá el nuevo gobernador, la campaña en la provincia se encuentra reducida a una suerte de mínima expresión, con la estrategia de los principales candidatos completamente subordinada a los movimientos de sus referentes nacionales, de cuya suerte parece depender hoy más que nunca el futuro del poder político en el principal distrito del país.

Se trata de un juego que arrancó ya antes del 9 de agosto y que no varió desde entonces, aunque para cada contendiente tiene matices diversos: a Aníbal Fernández es claro que la tracción de Daniel Scioli lo favorece, mientras que a María Eugenia Vidal el desempeño del tramo nacional de la boleta de Cambiemos en la provincia le pone un techo, una situación que, aunque atenuada, podría experimentar Felipe Solá.

Se trata de un juego de expectativas desplazadas: si en Nación el único interrogante serio parece ser si va a haber balotaje o no (o, lo que es lo mismo, por cuántos puntos se impondrá Daniel Scioli en la primera vuelta), en la provincia, la incógnita sigue centrada en el corte de boleta: solo si ese procedimiento se verifica en un nivel que históricamente no reconoce antecedentes, Vidal podrá evitar un triunfo de Fernández, que llegaría, en ese escenario, casi por carácter transitivo.

El mes que resta de campaña será decisivo. Vidal sabe que enfrenta el desafío de superar el “efecto Niembro”. Fernández que debe terminar de convencer al PJ que un gobierno propio los contendrá, luego de llegar a ser candidato con un empujón clave de La Cámpora, cuyos miembros, ya lo anunció, tendrá un rol importante en un eventual gabinete. Solá buscará persuadir de que no todo está definido y que él es peronista que más le conviene a la provincia.

Pero aunque en los comandos de campaña parecen tener claro que esos son los desafíos posibles por fuera de una tracción nacional que parece, para bien o para mal, poco manejable, también saben perfectamente que suponen un camino plagado de dificultades.

Vidal puede resultar perjudicada por la decisión de Mauricio Macri de no responder a las denuncias de corrupción (ahora se sumaron varias referidas a un manejo muy poco defendible de la pauta publicitaria) o comentarlas como si fuesen “agresiones”, una respuesta que fluctúa entre el infantilismo y el cinismo.

También, cierto desmanejo interno: uno de sus jefes de campaña, Jorge Macri, pasó los últimos 10 días en Gran Bretaña, viendo el mundial de rugby.

Fernández tampoco tiene una tarea fácil por delante: su rol de vocero nacional le da visibilidad pero lo sumerge en discusiones que lo identifican más y más con el kirchnerismo duro, lo que además de impedirle disputar electorado a Vidal y Solá, le complica el trabajo con los sectores del PJ que debe fidelizar, comenzando por una porción de los votantes de Julián Domínguez en la interna que no es seguro que vayan a votarlo.

Solá, por su parte, se expone a una paradoja: su candidato nacional, Sergio Massa, puede sentenciarlo en el mismo movimiento que ejecuta para sobrevivir como candidato. Es porque el tigrense se impuso en las últimas horas la confrontación con Macri como objetivo esencial para mellarlo y, de ese modo, llegar a la segunda vuelta. Pero si lo logra, afectará también a Vidal, con lo que automáticamente crecerán las chances de Fernández.

Por ahora, más allá de algunos actos masivos y los adelantos de nombres de gabinete que hará Fernández, no parece que esa compleja agenda vaya a torcer el rumbo de la anodina campaña provincial, que transcurre entre recorridas territoriales arropadas por las fuerzas propias y participaciones radiales y televisivas que se resuelven en la polémica a gritos con panelistas poco informados o en la amabilidad garantizada por la pauta o el sesgo ideológico.

Una de las pocas ocasiones que podría elevar algo el nivel será la reunión en Carbap el jueves próximo: los candidatos expondrán todos sobre el mismo tema y aunque no habrá debate (por ahora no existirá en ningún ámbito, porque Vidal lo retacea, en abierta contradicción con Macri, que le achaca a Scioli su negativa a discutir) será una buena ocasión de confrontar propuestas sobre una cuestión clave: la política agropecuaria en la que aún ese sector explica buena parte de su PBI.