24/3/2015 | 14:19         
ARGENTINA-MUNDO
(ESPECIAL-DÍA DE LA MEMORIA) Entrevista a Carlos Rozanski: "La represión obedecía a un proyecto económico”
(Por José Giménez, especial de DIB).- Como presidente del Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 1 de La Plata, el juez Carlos Rozanski llevó adelante el primer juicio contra represores de la última dictadura militar tras la derogación de las Leyes de Obediencia Debida y Punto Final, condenando a reclusión perpetua al temido director de investigaciones de la Policía Bonaerense, Miguel Etchecolatz.
(ESPECIAL-DÍA DE LA MEMORIA) Entrevista a Carlos Rozanski:

(Por José Giménez, especial de DIB).- Como presidente del Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 1 de La Plata, el juez Carlos Rozanski llevó adelante el primer juicio contra represores de la última dictadura militar tras la derogación de las Leyes de Obediencia Debida y Punto Final, condenando a reclusión perpetua al temido director de investigaciones de la Policía Bonaerense, Miguel Etchecolatz.

Desde entonces realizó 14 juicios, condenando a medio centenar de genocidas. Especialista en casos de abuso sexual infantil y autor del proyecto que impuso la Cámara Gesell como método de entrevista a víctimas menores de edad, el magistrado aseguró, en una entrevista con DIB, que “ningún juez en el mundo estaba ni preparado ni habituado” para juzgar a genocidas de su propio país, y resaltó el proceso social que llevó a reinstalar el debate sobre la represión en Argentina.

¿Cómo se insertaba el aparato represivo de la Provincia de Buenos Aires en el plan global de la dictadura?

Formó parte, con las características propias de cada región. En este caso se trata de una extensión geográfica muy grande, con una cantidad importante de centros clandestinos a diferencia de otros lugares que han tenido pocos, de manera que eso también le dio una característica propia. A su vez esto fue muy estudiado, porque además, dentro de cada uno de los juicios se fueron aportando datos muy valiosos respecto de las características de los centros clandestinos, de los centros dentro del circuito represivo, y a su vez de los circuitos dentro de lo que fue el Terrorismo de Estado en la Argentina y el plan represivo de la región.

¿Qué lógica agrupaba a todos los centros clandestinos?

Todo obedecía a un proyecto económico que abarcaba a la región. Eso a su vez implicaba un plan terrorista que es el que se llevó a cabo en distintos países entre los cuales Argentina era central.

¿Qué diferencias encuentra entre el primer juicio que presidió y los actuales?

Cada juicio presenta un escenario distinto, en algunos casos similares cuando se trata de un mismo lugar, pero hay puntos en común que tienen que ver con el genocidio en general. Y en particular las características de las víctimas que a veces provenían de sectores mayoritariamente obreros, en otros casos estudiantiles, en otros casos empresariales, y en otros casos una mezcla de todos ellos, porque también ha quedado demostrado en estos juicios y en las sentencias que lo que se buscó superaba la victimización de un grupo específico. Incluso el genocidio en sí habla de distintas situaciones de por qué se busca eliminar a ese grupo. En el caso argentino, y por eso lo he caratulado como genocidio, lo que se buscó es la eliminación de un grupo nacional que específicamente estaba integrado por miles y miles de individuos que o bien se oponían al proyecto económico que se había puesto en marcha, o bien se iban a oponer, o significaban algún peligro potencial para ese proyecto.

Argentina es el primer país en juzgar a sus propios genocidas, ¿cómo influyó esto en la marcha de los procesos?

Esa fue una de las características que puso a prueba todo el sistema, porque nadie estaba preparado para eso. En Núremberg se convocaron a jueces de otros países y al día de hoy está sucediendo en el Tribunal Penal Internacional. Eso tenía cierta lógica, ya que el genocidio tiene como característica principal la impunidad, además de por supuesto la eliminación de diferentes grupos de habitantes. Los genocidios han sido impunes a la largo de la historia, y una de las razones es porque lo que queda después es un Estado que no está en condiciones de juzgar esos crímenes, por lo tanto la lógica de esa impunidad es que quien viene después del genocida no los va a juzgar, por eso han salido en todos los países leyes de impunidad, incluida Argentina.

¿Es conveniente avanzar en juicios más masivos para evitar que el paso del tiempo trunque algunas investigaciones?

Yo siempre tuve la postura de que había que sacar una ley que empiece a agrupar los juicios por circuitos o por cuerpo del Ejército. Eso no se pudo lograr, pero se avanzó en los juicios agrupados. Nosotros como Tribunal hemos agrupado en el caso del Circuito Camps y eso significó un adelanto muy grande porque si juzgáramos a todos los represores individualmente tendríamos para 100 años de juicios, y es un absurdo.

No obstante, aunque no se pudo lograr el juicio por circuitos se siguen haciendo procesos en todas partes. Y considero incluso que la realidad nuestra a ese nivel supera el concepto de un gobierno particular o de una gestión. La gestión facilita esto, pero que se concrete es el resultado básicamente de un espacio social que no solo lo permitió sino que lo apoya y lo seguirá apoyando: la inmensa mayoría de la sociedad argentina está a favor de que se hagan estos juicios porque es la forma de avanzar en lo que es la verdad de la historia.

RESPONSABILIDADES CIVILES

En las últimas semanas se instaló fuertemente el debate sobre las responsabilidades de civiles durante la dictadura, aunque recientes fallos judiciales en los casos Papel Prensa, Ingenio Lezama y La Nueva Provincia echaron por tierra las acusaciones contra empresarios. Para Rozanski es “imposible” concebir el Terrorismo de Estado sin la complicidad civil, aunque opina que la falta de avances está relacionada con sectores judiciales que también fueron parte del Proceso.

¿Se puede avanzar en la investigación de las complicidades civiles de la dictadura?

Esto va avanzando porque también fue una aparición lógica de los juicios. Es decir, es prácticamente imposible pensar en un proceso de Terrorismo de Estado como el que se vivió en Argentina sin la complicidad de sectores civiles. Esto sería una visión muy errónea de lo que pasó. La dictadura estuvo encabezada por las fuerzas de seguridad, pero a su vez éstas tuvieron como aliados a sectores empresariales, por supuesto puntuales y específicos, y de la cúpula de la iglesia, de hecho (Christian) Von Wernich es el segundo sacerdote en el mundo condenado por su participación en un genocidio.

Sin embargo, hubo fallos que van en contra de este proceso…

Por razones obvias no me puedo referir a causas en trámite, pero la dificultad para llevarlos a juicio también tiene su lógica porque otro de los sectores que ha colaborado con el Terrorismo de Estado fue una parte de la Justicia: cantidad de jueces han rechazado miles y miles de hábeas corpus con costa, lo que significaba claramente un mensaje a la sociedad y a las víctimas.

Últimamente se ha discutido mucho sobre dos sectores enfrentados en la Justicia. ¿Esto interfiere en el avance de los juicios?

Sin la más mínima duda. Si bien el paso del tiempo ha traído alguna renovación, que tiene que ver con aspectos más que nada biológicos, no ha modificado la forma de pensar de muchísima gente que integra el Poder Judicial: hay un sector que no solo considera que no hay que investigarlo sino que también ha puesto trabas a las investigaciones.